jueves, 21 de abril de 2016

Hijo de la tierra

Cuando me encuentro en un lugar verde, aunque sea un pequeño parque (obvio, si es un monte mejor), es grande la sensación de satisfacción de haber resistido a Babylon y saber puedo concentrarme en atender a mi yo interior, sentarme como de costumbre, si es solo algo serio pero con música, si estoy acompañado empiezan las platicas que te clavan, me siento y es de ley que si voy ahí tendré algo de hierba en mi bolsillo (sino pues la dinámica cambia un poco), saco mi toque y un pedazo de nave, me poncho con una delicadeza artesanal, contemplo lo hecho, y a darle el primer tanque, aguantar hasta que siento mis pulmones vivos, y doy una exhalada del humo de una fabrica, y luego a pensar, me sigue una tarde de pensamientos, sentirme ligado al lugar donde me encuentro, conectado con Jah, rodeado de madre tierra, contemplando su creación, hablando con el que se hace mi hermano en ese momento sobre la injusticia de babylon, pero con ánimos nunca nos dejamos vencer por los malos tiempos, música que libera tu chakra y que te hace sentir emociones excitantes, nunca te cansas de eso, porque es justo ahí cuando I and I  te habla al corazón.